Tostar el coco en una sartén a fuego lento hasta que esté dorado, con cuidado de no quemarlo. Agregue el coco tostado a una cacerola con azúcar y agua, y deje hervir, revolviendo hasta que el azúcar se disuelva. Retire del fuego, enfríe y cuele bien en un recipiente hermético. Almacenar en el refrigerador hasta por 2 meses.